Dolor de Dorso en Caballos; Aunque no es la lesión más común en los caballos, el dolor de espalda puede ser a veces el motivo de que un caballo esté malhumorado y no quiera moverse con fluidez. Con un abanico de causas diferentes y un espectro de la anatomía que afecta (del cuello a la cola), las lesiones de espalda pueden ser a veces un reto para diagnosticar y tratar.

El «dolor de dorso» en los caballos es una condición en la cual el caballo experimenta molestias o dolor en la zona de la espalda o la región dorsal. Esta condición puede tener diversas causas y manifestaciones, y es importante identificar y tratar adecuadamente para garantizar el bienestar del caballo y prevenir problemas más graves en el futuro.

Algunas posibles causas del dolor de dorso en caballos incluyen:

1. Lesiones Musculares: Las lesiones musculares en la espalda, como distensiones musculares o desgarros, pueden causar dolor en el dorso del caballo. Estas lesiones pueden ser el resultado de sobreesfuerzo, entrenamiento inadecuado, caídas o golpes.
2. Problemas de Columna Vertebral: Los problemas en la columna vertebral, como la osteoartritis, la espondilosis, las fracturas o las malformaciones congénitas, pueden causar dolor en el dorso del caballo y afectar su movilidad y comodidad.
3. Problemas de Silla o Montura: Una silla de montar mal ajustada o una montura inapropiada pueden ejercer presión indebida sobre la espalda del caballo y causar dolor. Esto puede deberse a un ajuste incorrecto, una montura desgastada o un diseño inadecuado.
4. Síndrome del Dolor Miofascial: Esta condición se caracteriza por puntos gatillo sensibles en los músculos de la espalda del caballo, que pueden causar dolor y sensibilidad en la zona afectada.
5. Ulceras Gástricas: Las úlceras gástricas también pueden causar dolor en el dorso del caballo, ya que pueden provocar incomodidad general y cambios en el comportamiento y el rendimiento.

Los signos de dolor de dorso en los caballos pueden variar, pero pueden incluir resistencia a la monta, rigidez, cambios en el comportamiento, problemas de rendimiento, sensibilidad al tacto en la zona de la espalda y problemas de postura. Es importante que cualquier signo de dolor de dorso sea evaluado por un veterinario equino, quien podrá realizar un examen completo para determinar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir reposo, fisioterapia, cambios en la montura, medicación o terapia específica para la condición diagnosticada.

Prevenir el dolor de dorso en los caballos es fundamental para garantizar su bienestar y rendimiento. Aquí tienes algunos pasos para evitar el dolor de dorso en caballos:

1. Proporcionar una Silla de Montar Adecuada: Asegúrate de que la silla de montar del caballo se ajuste correctamente y se adapte a su morfología. Una silla de montar mal ajustada puede ejercer presión sobre la espalda del caballo y causar molestias.
2. Usar Monturas Acolchadas: Utiliza monturas con almohadillas o acolchados que distribuyan uniformemente la presión sobre la espalda del caballo y reduzcan el riesgo de rozaduras o puntos de presión.
3. Revisar Regularmente el Ajuste de la Silla: Verifica regularmente el ajuste de la silla de montar del caballo para asegurarte de que sigue siendo adecuado. Ajusta la silla según sea necesario para garantizar un ajuste cómodo y seguro.
4. Realizar Estiramientos y Calentamientos: Antes de montar, realiza estiramientos y ejercicios de calentamiento con tu caballo para preparar sus músculos y articulaciones para la actividad física. Esto puede ayudar a prevenir lesiones y molestias en la espalda.
5. Variar el Entrenamiento: Evita realizar el mismo tipo de ejercicio o trabajo repetitivo todos los días. Varía el entrenamiento del caballo con actividades como paseos por el campo, trabajo en pista, saltos y ejercicios de doma para evitar el desgaste excesivo en la espalda.
6. Mantener un Peso Saludable: Controla el peso de tu caballo para asegurarte de que se mantenga en un rango saludable. El exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la espalda y aumentar el riesgo de lesiones.
7. Proporcionar Descanso y Recuperación: Permite que tu caballo tenga suficiente tiempo de descanso y recuperación entre sesiones de entrenamiento intensivo. El descanso adecuado es importante para permitir que los músculos se reparen y se fortalezcan.
8. Mantener una Buena Condición Física: Mantén a tu caballo en buena forma física con un programa de ejercicio regular y una dieta equilibrada. La buena condición física puede ayudar a prevenir lesiones y molestias en la espalda.
9. Programar Revisiones Veterinarias: Programa revisiones veterinarias regulares para tu caballo para detectar cualquier problema de salud o lesión en etapas tempranas y abordarlos antes de que se conviertan en un problema grave.

Al seguir estos pasos y prestar atención a la comodidad y el bienestar de tu caballo, puedes ayudar a prevenir el dolor de dorso y mantenerlo saludable y feliz.

El dolor de espalda en caballos suele tener dos orígenes: el dolor neurológico, como el de un nervio pinchado, y el dolor músculo-esquelético. Ambos tipos pueden tener el mismo aspecto clínico. A menudo, un caballo con dolor de dorso se vuelve «agrio» bajo la montura, lo que significa que no quiere ser montado, a veces hasta el punto de no querer que le pongan una silla de montar. Otras veces, el dolor es más sutil y el jinete sólo se da cuenta de que algo va mal cuando el caballo realiza un movimiento concreto, como en doma o salto, o en otro deporte que requiera giros cerrados o flexión del cuerpo.

La silla de montar

La silla de montar es el intermediario entre el jinete y el caballo. Es, sin duda, la primera causa de lesiones en el lomo del caballo, monturas de tamaño inadecuado, demasiado largas, con un canal demasiado estrecho, mal acolchadas…

No se soluciona el problema con un amortiguador u otra almohadilla para el sillín, e incluso puede empeorar la lesión. Es como llevar un zapato que no encaja, no importa cuántos calcetines o plantillas te pongas, nunca lo conseguirás.

También debemos mencionar en este apartado la monta sin silla o con almohadillas o cualquier sustituto de la silla que no tenga bastones. La silla de montar es también una protección para distribuir el peso del jinete en toda la longitud de la montura, las sillas sin montura o sin almohadillas provocan puntos de presión que dañan la musculatura del caballo.

Hay muchos tipos de sillines, muchos materiales, con un cuadro rígido o con un cuadro dinámico/flexible… Y es importante que un especialista venga a tomar las medidas para elegir el modelo y la talla adecuados.

Peso del jinete

En cuanto se pone peso en el lomo de un caballo, se modifica su biomecánica y esto predispone a las lesiones. Pero no tiene el mismo impacto poner a una niña de 25 kg en un poni que poner a la misma niña en un caballo de 350 kg.

Se está elaborando un reglamento sobre este punto, ya que es muy importante y a menudo se subestima. En general, se estima que el jinete no debe superar el 21% del peso corporal del caballo y en disciplinas como el raid, donde el jinete pasa más tiempo sobre su espalda, este porcentaje se reduce.

Habilidad del jinete

Un buen asiento es capaz de aligerar el peso y producir menos traumatismos en la espalda. Una mano suave con una buena posición de la cabeza del caballo, sin sobrepasar la vertical, animará al caballo a utilizar sus músculos correctamente y así evitar la sobrecarga y la atrofia.

Montar potros demasiado pronto

No hay una edad estándar en la que todos los caballos completen su fase de crecimiento, depende de la raza y de lo temprana que sea. En general, se toma como punto de referencia el cierre del cartílago de crecimiento del hueso largo, pero no siempre se corresponde con el momento en que la musculatura está suficientemente desarrollada para soportar nuestro peso.

La mayoría de los caballos de mayor edad (en torno a los 15 años) que se pueden ver compitiendo en pruebas importantes de cualquier disciplina, es porque se ha respetado su desarrollo, sin exigirles demasiado físicamente a una edad muy temprana.

Deformidades o problemas de conformación

Los caballos también pueden sufrir desviaciones de la columna vertebral (cifosis, lordosis, etc.) o problemas de conformación (espalda corta o muy larga). Las deformidades en la cadera y el sacro también tienen un impacto, ya que la marcha del caballo comienza en el tercio posterior.

Trabajo inadecuado o muy exigente

En la espalda, la musculatura es mucho más fundamental, tanto la dorsal como la abdominal, porque además de soportar las articulaciones de las vértebras, soporta las vísceras y nuestro peso. Un trabajo excesivo o mal realizado, puede llevar a la lesión del dorso del caballo.

El dolor de dorso es una lesión común, especialmente en los caballos de deporte de alto rendimiento.

Este sector anatómico es una estructura compleja formada por músculos, nervios, tendones, ligamentos, cartílagos y huesos. En la zona central de esta estructura cubierta por las vértebras se encuentra la médula espinal. Cada movimiento del caballo, desde la cabeza hasta la cola, se origina en los nervios de la médula espinal, que envían información a los músculos de la región dorsal y cervical. A partir de ahí, el movimiento se transmite al resto de las estructuras musculares del cuerpo.

La columna vertebral puede compararse con un «arco y una cuerda», donde el «arco» es la columna vertebral rígida y la «cuerda» incluye los músculos y ligamentos que sostienen la columna. Por lo tanto, no es de extrañar que el dolor de cualquier estructura de la espalda pueda tener efectos en todo el cuerpo del caballo, y viceversa. Además, este dolor inhibirá el movimiento del caballo, limitará su capacidad para realizar determinados ejercicios y afectará a su actitud ante el trabajo.

Tu veterinario puede empezar a sospechar que hay dolor de espalda basándose en la descripción que le haces de los signos clínicos de tu caballo. A veces, el dolor de dorso en caballos puede hacerse patente en la exploración física, cuando el veterinario palpa la longitud de la columna vertebral del animal. El veterinario también puede pedirte que hagas caminar y trotar a tu caballo para observar cómo se mueve, a veces incluso con un jinete sobre él. También se puede realizar un examen neurológico básico.

Localizar la zona exacta del lomo que está afectada puede ser a veces un reto. A veces se utilizan otros diagnósticos, como la ecografía, e incluso la resonancia magnética o la tomografía computarizada. Las radiografías rara vez se emplean para diagnosticar problemas de espalda, ya que la abundante musculatura a lo largo del dorso del caballo impide la penetración de los rayos X, lo que da lugar a radiografías de muy baja calidad.

Cuando se trata de lesiones o dolores de espalda en caballos, el tratamiento dependerá de la causa subyacente. En muchos casos leves de dolor de dorso generalizado, el veterinario puede recetar un medicamento antiinflamatorio como la fenilbutazona o la flunixina meglumina, junto con reposo en el puesto durante un periodo de tiempo, seguido de una lenta vuelta al trabajo. En los casos agudos más locales, en los que la zona del dolor se ha localizado, a veces puede estar justificada la inyección directa de esteroides u otros antiinflamatorios con agujas guiadas por ultrasonidos. En ocasiones, también se utiliza la medicina alternativa, como la quiropráctica.

Si el dolor de dorso en el caballo es leve y no progresivo, el reposo y los antiinflamatorios pueden ser todo lo que se necesita para controlar esta afección. Si la causa del dolor de espalda del caballo es más maliciosa, como un nervio pellizcado por un tumor espinal, las posibilidades de que el caballo se recupere por completo hasta alcanzar su nivel original de rendimiento deportivo pueden no ser tan favorables. Es necesario un diagnóstico adecuado del dolor de espalda persistente para asegurar que se instaura un tratamiento y/o gestión adecuados.

Dado que muchas lesiones de espalda se deben a accidentes o a un ensamblaje inadecuado, una equitación cuidadosa, un entrenamiento y unas condiciones de trabajo seguras pueden ayudar a disminuir las posibilidades de lesiones de espalda.

Además de elegir la silla de montar adecuada, tener en cuenta nuestro peso y tratar de montar lo mejor posible, hay una serie de cosas que se pueden hacer para mantener el lomo del caballo sano.

Respetar la naturaleza del caballo

Los caballos pastan con el cuello estirado y durante muchas horas al día, por lo que colocar una red con heno de libre disposición a nivel del suelo es una forma de que estiren toda su espalda.

También caminan mucho a lo largo del día. Así que lo ideal sería que estuvieran en libertad en potreros, y si el terreno es irregular, aún mejor.

Si no, asegúrate de que salgan todos los días y deja que se revuelvan. Pasear a los caballos calienta los músculos agarrotados y, cuando se revuelcan, liberan mucha tensión de la cuadra.

Calentamiento sin peso y los estiramientos después del trabajo

Enlaza o camina con él desde la cuerda, durante al menos 10-15 minutos al paso y 15 minutos al trote. Deja que los músculos se calienten sin forzarlos.

Cuando los músculos estén todavía calientes, tómate tu tiempo y ayúdale a estirar después de una recompensa.

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