Los reptiles, a diferencia de los mamíferos, pueden absorber agua a través de la piel. Así que, para mantenerse hidratados, no tienen que beber, sino que simplemente pueden bañarse. Los reptiles salvajes se bañan por sí mismos, pero los reptiles de compañía deben recibir las herramientas adecuadas para hacerlo.

La forma de bañar a un reptil doméstico depende, en cierta medida, de la especie. Sin embargo, hay algunas reglas que se aplican al baño de todos los reptiles, independientemente de la especie. Si quieres estudiar un curso de auxiliar veterinaria online y dedicarte a esta profesión, te encontrarás con dueños de reptiles que tendrán muchas preguntas. En este artículo te contamos los secretos del baño de reptiles.

Baños regulares son importantes para mantener la higiene de los reptiles, especialmente aquellos que no son capaces de limpiarse por sí mismos, como serpientes y lagartos. Aquí tienes algunos pasos para bañar a un reptil de forma segura:

1. Prepara el área de baño: Antes de comenzar, asegúrate de tener todo lo necesario para el baño y prepara un área segura. Puedes usar un lavabo o una bañera pequeña, preferiblemente sin objetos afilados o peligrosos.
2. Prepara el agua: Llena el recipiente de baño con agua tibia a una temperatura segura para tu reptil. Asegúrate de que la profundidad del agua sea suficiente para que el reptil pueda sumergirse, pero no tan profunda que pueda ahogarse.
3. Observa al reptil: Antes de sumergir al reptil en el agua, observa su comportamiento para asegurarte de que esté saludable y activo. Si el reptil muestra signos de estrés o malestar, es mejor posponer el baño.
4. Introduce al reptil en el agua: Con cuidado, coloca al reptil en el recipiente de baño y permítele moverse libremente en el agua. Si el reptil es resistente al agua, es posible que necesites sostenerlo suavemente para evitar que se escape.
5. Supervisa el baño: Mantén un ojo en el reptil en todo momento mientras está en el agua para asegurarte de que esté seguro y cómodo. No dejes al reptil desatendido en el agua, ya que existe el riesgo de ahogamiento.
6. Limpia el reptil: Si es necesario, puedes limpiar suavemente el cuerpo del reptil con las manos o con un cepillo suave para eliminar la suciedad, la piel muerta u otros desechos. Evita usar jabones o productos químicos que puedan ser dañinos para la piel del reptil.
7. Seca al reptil: Después del baño, retira al reptil del agua y sécalo suavemente con una toalla limpia y suave. Asegúrate de secar cuidadosamente entre los pliegues de la piel y las escamas para evitar la retención de humedad y la proliferación de bacterias.
8. Proporciona un ambiente cálido: Después del baño, devuelve al reptil a su hábitat y asegúrate de que tenga acceso a un ambiente cálido para ayudarlo a secarse completamente y regular su temperatura corporal.
9. Repite según sea necesario: La frecuencia del baño variará según las necesidades individuales del reptil y su especie. Algunos reptiles necesitan bañarse con más frecuencia que otros. Consulta con un veterinario o un especialista en reptiles para determinar la frecuencia de baño adecuada para tu mascota.
10. Observa signos de estrés o enfermedad: Después del baño, observa el comportamiento y la salud de tu reptil para asegurarte de que no esté experimentando estrés o problemas de salud relacionados con el baño. Si notas algún signo de enfermedad o malestar, consulta a un veterinario especializado en reptiles.

Siguiendo estos pasos y prestando atención a las necesidades individuales de tu reptil, podrás bañarlo de forma segura y mantener su higiene y salud en óptimas condiciones.

Ya conocemos los consejos generales de cómo bañar a un reptil, así que vamos a empezar a hablar de casos particulares empezando por los lagartos.

En general, los lagartos, independientemente de la especie, deben disponer de un recipiente abierto y poco profundo con agua en el que puedan trepar y remojarse si lo desean. La mayoría de las especies, incluso las desérticas, disfrutan con ello y se remojan de vez en cuando.

Si los lagartos no se empapan por sí mismos y están mudando de piel, los propietarios deben colocarlos en un recipiente de agua poco profundo para que se bañen, o pueden rociar a su lagarto suavemente con un rociador de plantas 3 veces por semana para fomentar la muda. Los dragones barbudos, en particular, suelen retener piel alrededor de los dedos de las manos y de los pies, así como en las puntas de la cola y alrededor de los ojos, y el remojo o la nebulización pueden ayudar a que se desprendan pequeños trozos de piel retenida.

Si la piel retenida no se desprende con el remojo repetido, los propietarios no deben intentar tirar o cepillar la piel, ya que tirar puede dañar el músculo o el hueso subyacente. En su lugar, el lagarto debe ser examinado por un veterinario para asegurarse de que la piel no está infectada y para ver si es necesario un tratamiento.

Las tortugas de tierra, por definición, viven en tierra. Muchas especies de tortugas viven naturalmente en el desierto seco y no se bañan regularmente. En cualquier caso, las tortugas de compañía deben tener un recipiente abierto y poco profundo con agua en el que puedan beber o remojarse si lo desean. Normalmente, los caparazones de las tortugas de tierra se mantienen secos y limpios y no necesitan ser cepillados como el de las tortugas marinas.

Continuamos explicando cómo bañar a un reptil, turno para las tortugas de agua.

Por definición, las tortugas marinas viven en el agua, por lo que necesitan una zona amplia y profunda en sus tanques para nadar y bucear, así como una zona a la que puedan subirse para salir del agua. No necesitan un recipiente separado para beber o bañarse. La temperatura del agua depende de la especie de la tortuga; para la tortuga de orejas rojas, la temperatura del agua debe mantenerse con un calentador de agua a una temperatura alrededor de los 20 °C. Un filtro es fundamental para eliminar la comida y los desechos del agua, y el filtro debe cambiarse al menos una vez al mes, dependiendo del tamaño del tanque y del número de tortugas que se alojen en él.

Muchas tortugas domésticas desarrollan una capa viscosa verde o marrón de algas, bacterias u hongos en sus caparazones que los propietarios pueden cepillar suavemente utilizando un cepillo de dientes suave y un jabón suave no medicado o una solución diluida de yodo de Lugol (disponible en cualquier farmacia y mezclada en pequeñas cantidades con agua tibia para hacer una solución que parece un té débil), según sea necesario. Las decoloraciones del caparazón que no se eliminan fácilmente con un cepillo deben ser revisadas por un veterinario experto en reptiles.

La mayoría de la gente no cree que las serpientes tienen que bañarse, pero muchas disfrutan sumergiéndose en una bañera poco profunda con agua caliente. Si sus recintos son lo suficientemente grandes, hay que ofrecerles una bandeja abierta con agua en la que puedan sumergirse si lo desean. Si no es así, pueden ser rociadas ligeramente una o dos veces por semana con un rociador para plantas. Si están mudando y su piel no se desprende en una sola pieza, remojarlas o nebulizarlas puede ayudarlas a desprenderse de la piel retenida.

Al igual que a nosotros, a los reptiles les sienta bien el baño y les proporciona el beneficio añadido de la hidratación, ya que absorben agua a través de la piel. El baño es fundamental para mantener a un reptil sano y es algo que la mayoría de los reptiles disfrutan.